jueves, 17 de julio de 2008

Extraña visita...



Una mañana, mientras revisaba mis viejas notas, en el negocio de la casa, mientras leve mente adormitado por el no muy lejano sueño, que habia dejado al despertar. MIentras el ambiente inhospito, desolado, y un silencio que dominaba la ciudad.

Las calles estaban desoladas, como un domingo cualquiera, la misa acaba de pasar de la iglesia contigua, y una que otra persona extrañamente se veía pasar por la puerta…

Así en un instante de quietud, extrañamente por la puerta inocentemente y curiosamente entraba un primer visitante, una paloma pintada con matizes blancos y negros rondaba a pasos tímidos y avanzaba lentamente hasta llegar al corredor de la casa que colinda con un pequeño patio central.

Observé por largo rato a este extraño visitante que no se incomodo con mi presencia, así paso a la ante sala, tan cómodamente como que no importara la habitación de la casa, en un instante me acerqué al invitado y este huía levemente de mi, hasta que pude alcanzarlo. Pensé que estaría lastimado y por eso no huía, y no hacia un intento por volar o por escapar.

No pareció agitarse, y seguía tan tranquila como cuando había aparecido, la dejé en el pequeño patio de la casa, mientras esperaba que partiera al cielo como cualquier otra lo hace cuando siente la libertad.

Y no lo hizo, por largo tiempo siguió recorriendo algún que otro rincón de la casa, aun los ladridos de mi perro no la espantaban, y parecía ni siquiera escucharlos.

Así salí esa mañana, a mis juegos dominicales, y ahí quedo ella. Yo me fui pensando que al regreso ya habría de irse, estaba libre, parecía estar bien… No haba razón para pensar que se quedaría…

Y trascurrió la mañana yo en mis juegos mientras no pensaba en el extraño visitante de aquella misma mañana, y termine los juegos y regrese a mi casa, donde aun aguardaba la paloma en el patio.

Fue extraño la horas corrían y aun permanecía aquí, mis pasos pasaban a su lado y no hacia el intento por escapar…

Pasaron mas horas, hasta que un batir de alas y un leve reflejo me hicieron ver entre las persianas de la sala, que había emprendido vuelo.

Se poso sobre el techo de la casa, por un leve momento, aun la vi…. En un instante mas habría partido, y se habría perdido de mi vista…
Y hoy las puertas siguen abiertas, hasta hoy no ha regresado…